Durante este año
he pasado por muchas cosas que me han sacado de mi centro, de mi rutina, de mi
confort. Este libro lo intenté leer en repetidas ocasiones sin éxito, no fue
hasta esta semana que me encontré en él como quien se encuentra en sus propios
recuerdos.
Todos los Días
son Nuestros de Catalina Aguilar Mastretta es un libro que habla sobre las
relaciones y como todo empieza y termina, a veces de forma premeditada y en
otras de un porrazo (que suele ser la mayoría de las veces).
Me identifique de
muchas formas con María, la protagonista, y sobre todo la entendí y
acompañe durante las 249 paginas del libro en donde nos habla de su vida y
todas las relaciones en las que se encuentra y las que la rodean,
principalmente su relación de 10 años con Emiliano, el amor de su vida, el
padre de los hijos que no tiene, el viejo que la acompañara de vieja y que un
día decide que eso no será posible, que es mejor decir adiós.
En el libro
Catalina no solo aborda las relaciones y como funcionan, su inicio y su final. También
las etapas de sufrimiento y superación que acompañan esos finales, las
preguntas que te haces cuando empiezan o cuando acaban, la incomprensión que
tienes cuando algo no funciona o cuando funciona y no lo esperabas. Es una catarsis
de emociones tan grande que es imposible no identificarse con alguna de las
situaciones que hacen creer a María a sus 30 años que comienza a vivir (o
morir), que la orillan a preguntarse si ella fue la culpable o que fue lo que
la llevo al lugar y momento en donde esta, sintiendo cosas que no quiere sentir
o deseando sentir cosas que no puede.
Te enseña que
sufrir es parte de la vida y que en algún momento el sufrimiento se encuentra
con el amor, que el amor no es permanente pero tampoco es vigente, es eterno,
porque dos almas que se conocen y se unieron nunca se separan del todo, siempre
se vuelven a unir, aunque ahora no sea lo mismo, aunque ahora no se conozcan
como antes.
Te das cuenta de
que la persona que conoces no es igual a como la conocen los demás, y cuando te
alejas y quieres regresar te das cuenta de que la persona que conocías ya no
esta, ahora es otra. Ahora hay que decidir si quieres volver a empezar y
conocerle de nuevo o dejar todo por la paz y conocer a alguien más, o de plano
ya no conocer a nadie.
Pero, sobre todo,
Todos los Días son Nuestros es un recordatorio de que no importa cuanto tiempo
pase, mientras estés vivo nunca dejaras de aprender y de aprenderte, porque uno
cambia y en ese cambio a veces hasta te puedes llegar a desconocer.
Recomiendo mucho
Todos los Días son Nuestros, sirve de consuelo para el que este desconsolado,
de impulso para el que este estancado y de parche para el que este descosido.
También
mencionarles que esta es mi primera lectura del reto #LeoAutorasOct
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